La fotografía como afición y otras artes visuales

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Zeiss Ikon Ikonta 521/16 con película color Kodak Portra 400

La Zeiss Ikon Ikonta 521/16 es una cámara fabricada en la Alemania en reconstrucción de la posguerra mundial en 1948. No fue un diseño nuevo. Se basó en los modelos de cámara de fuelle, de objetivo retractil, más económicas que se fabricaban antes de la guerra mundial, y formaba parte de los esfuerzos para relanzar la economía alemana a base de fabricar bienes de consumo. Como se hizo en Japón, aunque los nipones se esmeraron mucho más y llegaron a dominar décadas más tarde el mercado de la electrónica de consumo. Fue, como digo, una cámara económica y, por lo tanto, con unas capacidades limitadas.

Mi ejemplar lo adquirí en Portobello Road Market, Londres, en octubre de 2012. Unos meses había comprado la Yashica Mat 124G y empezaba a estar entusiasmado con el formato medio. La probé in situ, mientras terminaba aquellas breves vacaciones en la capital británica. Estaba en un estado de "muy usado", pero con un funcionamiento correcto de sus elementos más importantes. Lo único que necesitó una limpieza, que exigió varios repasos, hasta que los fotogramas empezaron a salir sin marcas de la suciedad recogida de distintas partes de la cámara. El fuelle no tiene fugas de luz, el objetivo enfoca correctamente, por estimación, no tiene ninguna ayuda al enfoque, y las velocidades de obturación parecen correctas. Su objetivo, un Novar-Anastigmat 7,5 cm f/4,5 es muy sencillo, un simple triplete acromático de Cooke, con las superficies sin revestimientos antirreflejos. Por lo tanto, según como vengan las fuentes de luz, es propenso a pérdidas de contraste, que en general no es precisamente elevado.

Es una cámara con un diseño pensado para las fotografías con película en blanco y negro al aire libre, con las sensibilidades de la época... que no pasaban de DIN 18 o 21. O sus equivalentes hoy en día, ISO 50 o 100. Puede ser disparado en posición B con un cable disparador. Y tiene indicadores para su uso en hiperfocal, que van bien y son útiles. En posición para retratos y para paisajes. Ofrece negativos de 56 x 56 mm de lado, que en su momento se positivaban por contacto, dando unas fotos de recuerdo pequeñitas. Nítidas, gracias a la nula ampliación de la imagen. Si se realizaban sobre papel con un grado elevado, aumentaba el contraste y quedaban resultonas. Para llevar en la cartera de recuerdo. En el momento en que empiezas a ampliar, se le notan las debilidades. Lo cual no quiere decir que no se utilizable. Hoy en día, con películas todo terreno de ISO 400, todavía son más versátiles en cuanto a la variedad de situaciones en las que son utilizables.

Pero nunca hasta ahora las había utilizado con película en color. En general, no parece recomendable. Y además, la película negativa en color en formato medio suele ser cara. No hay rollos económicos como sucede en el formato de película biperforada de 35 mm. No obstante, tenía ganas de probarla en alguna ocasión en color, y es algo que hice hace unos domingos. El último del mes de noviembre. Lo cierto es que la evolución del tiempo atmosférico no jugó a mi favor. El pronóstico era soleado, pero apareció un día modorro. Por lo que le puse una película ISO 400, una Kodak Portra 400. De tonos sutiles y tranquilos. Que si se expone a una índice de exposición inferior a su sensibilidad nominal, mejora la nitidez y el tamaño del grano, pero pierde saturación y contraste. Luego resultó que sí que salió el sol... y lamenté no haberle puesto una Kodak Ektar 100, más contrastada y saturada en sus colores.

Como era de esperar, los resultados son fotografías con escaso contraste, a pesar de estar tomadas en horas centrales del día, evitando los contraluces, con colores muy calmados, poco vivaces. Pero que no carecen de encanto. La nitidez es razonable en el centro de la fotografía, y se va degradando, como era de esperar hacia los bordes, y no digamos hacia las esquinas. Quizá no era la situación más adecuada para usar esta cámara con esta película... pero algún día tenía que probar. Analizaré la cosa para un futuro. Porque llevo en mente usarla en situaciones de menos luz, forzando un paso la sensibilidad de la película, que podría ser la propia Porta 400. A lo mejor en esos casos obtenemos resultados interesantes. Aumentará el contraste, veremos que pasa con los colores... y con un rendimiento cálido... pueden estar bien. Ya veremos.

Otra Pentax MX, con la que no sé qué hacer (con Kodak Portra 400)

Pocos días antes del 15 de marzo, del comienzo del estado de alarma por la epidemia de covid-19, me llegó una cámara a fondo perdido. Alguien tenía una Pentax MX en un armario. Sin objetivos, sólo el cuerpo. Supone que perteneciente a su padre... pero no lo sabe, porque nunca le vio usarla en vida. Y sobretodo, sin objetivos. Un misterio familiar. No les interesa, saben de mi afición a la fotografía. No saben que hacer con ella. No quieren molestarse en ponerla a la venta ni nada por el estilo; valoran más su tiempo que el dinero que les puede suponer. Así que voy a buscarla y la depositan en mis manos. En la práctica, me la dan.

Como podéis apreciar en la foto, es prácticamente idéntica a la que ya tengo. La recién llegada está a la izquierda, con una correíta que venía puesta. A la derecha está la que tengo desde mediados de los años 90. Ambas están en similares condiciones de conservación. No se aprecia ningún desperfecto. Tengo la sensación, por varios detalles en su estado de conservación que esta cámara no ha estado desatendida durante muchos años, pero eso sólo aumenta los misterios sobre la misma. Los dos objetivos son míos, los dos 50 mm, el f2 y el f1,4, que tengo en funcionamiento.

La única diferencia en la práctica entre ambas cámaras se aprecia al mirar por el visor. La pantalla de enfoque es diferente. La mía original parece el modelo SG, de vidrio mate con cuadrícula y círculo central, sin más ayudas al enfoque, que no es difícil una vez que te acostumbras. El visor es bastante luminoso. La de la recién llegada parece la pantalla estándar SC-1, de vidrio mate con telémetro de imagen partida y corona de microprismas, similar a la de tantas otras de casi todas las marcas. Me he acostumbrado a la primera, y el telémetro de imagen partida me molesta. Usado con objetivos luminosos,... ahí que te va. Pero le he puesto en una ocasión el SMC-A Macro 100/4, y se oscurece con cierta frecuencia.

Decidí probarla de inmediato, y decidí hacerlo con un rollo de película negativa en color que mandaría a revelar a un laboratorio de confianza. Le puse un rollo de Kodak Portra 400, auténtico todoterreno, que he expuesto a un índice de exposición de 200. Medición de la luz con el exposímetro incorporado, que parece igual de fiable que en la que ya tengo, o con el fotómetro externo Gossen Digisix. Correctamente utilizado, ofrece las mismas conclusiones sobre los parámetros de exposición que con el interno. Mi intención siempre fue dedicarle un par o tres de días a exponer el rollo en paseos urbanos, y luego mandarlo a revelar. Pero llegó el estado de alarma de la covid-19. Y todo se lío.

En resumen, tardé más de un mes en terminar de exponer el rollo, y sin unas ideas muy claras de cómo hacerlo, así que me han salido un batiburrillo de fotos, sin coherencia entre sí, y que la única ventaja o gracia que tienen es que muestran que la cámara funciona correctamente. Cono lo que ahora viene la segunda cuestión. ¿Qué hago con ella? En el momento en el que la recibí mi composición de lugar era la siguiente. "En Semana Santa me voy a los Países Bajos, me llevaré cámara de película como cámara principal. Como las MX son ligeras y abultan poco, puedo llevar dos con dos tipos de película distintas. Uno en color y otro en blanco y negro. O uno de sensibilidad media o baja y otro de sensibilidad alta. Como funcionan igual, no hay lío de adaptación entre una y otra..." Parecía casi ideal. Y solución discreta. Pero ni viaje ni leches. En este momento, no sé nada.

Supongo que la aguantaré en mi poder un tiempo. Si recibiese una oferta muy interesante por ella igual la vendía, si no me supusiese mucho trabajo la transacción. Pero si no... puedo esperar y ver qué pasa en el futuro. En cualquier caso, ya sé que con las Pentax MX soy feliz haciendo fotos. Por cierto, se me olvidaba. Las fotos de esta entrada están realizadas con el SMC-A 50/2 y el revelado ha sido realizado en Carmencita Film Lab. En estas páginas, la Pentax MX ha aparecido con frecuencia. La que compré en los años 90. El artículo de presentación está por aquí desde hace exactamente 6 años. No he elegido el día a propósito.

Mi "amigo" el fotógrafo, la Holga 120WPC y un rollo de Kodak Portra 400

Hacía días que no hacía estenopeicas. Y además... desde hace un tiempo estaba algo picado, porque no conseguía hacer estenopeicas en color que me convenciesen. No que me gustasen... Ni siquiera que resultasen razonables. Ni atinaba con el color, ni con la luz. Así que el primer domingo de febrero, cogí mi Holga 120WPC (por Wide Pinhole Camera), le puse la máscara de 12 x 6 cm y un rollo de Kodak Portra 400, invité a "un amigo fotógrafo" que tengo en casa, y nos fuimos por el casco histórico de Zaragoza a hacer fotos.

Decidí que en esta ocasión medir la luz con un fotómetro de mano iba a ser poco práctico. Así que utilicé la aplicación myLIGHTMETER PRO del iPhone para medir la luz. En su modo más sencillo, midiendo sobre la figura principal de cada fotograma, que creo evidente cuál es. Eso sí, multiplicando la exposición, en segundos, por 2 o por 2,5, según los casos, para corregir un potencial fallo del ley de la reciprocidad en la exposición. El problema es que no se suelen publicar tablas compensadoras para películas en color, y lo imaginé a ojo, teniendo en cuenta mis fracasos previos. No están mal.

Los fotogramas, con su enorme tamaño, presentan un también enorme viñeteado, pero que les sienta muy bien a estas fotografías, entre las estrechas calles del casco histórico de la ciudad. El revelado y el escaneado están realizados en Carmencita Film Lab, que me ha proporcionado tres archivos parciales por cada fotograma, de unos 4400 x 3500 píxeles cada uno, que luego he unido utilizando la función panorama de Affinity Photo, con unas fotografías finales que rondan los 7800 x 3500 píxeles, que no está nada mal. Los archivos finales combinados se montan sin ningún problema, porque los archivos originales son coherentes en exposición y se superponen unos a otros.

El único problema lo tuve cerca del final del rollo de película. Olvidé llevarme las gomas elásticas para asegurar la tapa posterior de la cámara. Y como buena Holga, aprovechó el primer descuido que encontró para entreabrirse un poco y dejar pasar un poco de luz. Afortunadamente no fue grave, e incluso da cierta gracia a las dos últimas fotos. En fin. Espero que el paseo os haya gustado.

Kodak Portra 400 y Kodak Ektar 100 con una Leica Minilux

En los últimos tiempos he tratado de simplificar la utilización de mi equipo fotográfico. Al ser en cierto grado coleccionista de cámaras que funcionan, en ocasiones "me lío" con el equipo con el que salgo a fotografiar. Y eso tiene consecuencias negativas en la calidad de mis fotos. Las cosas como son. Por lo tanto, he iniciado desde hace unos meses un plan para definir qué cámara o tipo de película, cuando uso tecnologías no electrónicas, voy a usar en cada ocasión. Por ejemplo, en lo que se refiere a la película en blanco y negro, prácticamente he reducido mis compras a productos Ilford, porque no serán los más baratos, pero son los más fáciles de adquirir y los que desde mi punto de vista presentan una mejor relación calidad global para el precio que tienen. Con la película negativa en color, todavía no he llegado a una solución definitiva. Las películas más avanzadas me gustan más las de Kodak (gama Portra y Ektar 100), mientras que en el caso de las películas más asequibles, más de aficionado, tiendo a preferir la gama de las Fujifilm Superia. Desde los problemas con la Rollei 80S en formato medio durante el verano pasado, prácticamente no he usado otras marcas.

Imágenes realizadas con Leica Minilux y Kodak Portra 400 callejeando por la ciudad.

Lo que sí he afianzado como costumbre es que de las dos compactas para película tradicional que me gusta utilizar, una de ellas, la Minox GT-E, la dedico a película en blanco y negro, mientras que la otra, la Leica Minilux, la dedico a película negativa en color. Es una forma de no liarme. Una lleva un tipo de película, la otra, otra. No me equivoco. Hasta esta primavera, la película negativa en color que venía usando con la Minilux era Fujifilm Superia 400. Pero decidí que era el momento de usar otras películas.

En el mes de abril cargué la Minilux con un carrete de Kodak Portra 400, película de gama alta, habitualmente usada para retrato pero apta para un uso polivalente, de grano fino para su sensibilidad nominal, especialmente si se expone con uno o dos pasos de sobreexposición, cosa que hacen muchos fotógrafos. Así, la mayor parte de los fotogramas de ese carrete están expuestos a un índice de exposición de 200 en lugar de a su sensibilidad nominal ISO 400.

Imágenes tomadas en el entorno de la Expo 2008 el día de la visita a la Torre del Agua con FeZ (Fotógrafos en Zaragoza).

Los resultados son buenos. Siempre he pensado que muy torpe tiene que ser un fotógrafo para obtener malos resultados con esta película. Hay mucho margen para el error en la exposición. Hay que evitar la subexposición, pero con un índice de exposición de 200 y una sensibilidad nominal de ISO 400, es algo que difícilmente va a suceder. ¿Cuál puede ser el motivo para no usar sistemáticamente esta película? Que es más cara que otras. Es un 60 % más cara que la Fujifilm Superia XTra 400, por ejemplo.

En el mes de mayo, cargué la Leica Minilux con un carrete de Kodak Ektar 100 para la excursión que hice con la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza AFZ a la Bardena negra o Bardena aragonesa, en las Cinco Villas. Esta película, con una sensibilidad nominal de ISO 100, tiene unas características muy distintas a la Portra 400. Además de la menor sensibilidad, acompañada de un grano más fino, ofrece imágenes más contrastadas y más saturadas, por lo que se considera adecuada para paisaje. Se recomienda exponerla con precisión a su sensibilidad nominal. Y especialmente evitar la sobreexposición en caso de retratos por los tonos rojizos, muy poco naturales, que adquieren los tonos de piel de las personas.

Imágenes realizadas con la Leica Minilux y película Kodak Ektar 100 durante la visita a las Bardenas con la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza AFZ.

Lo cierto es que en la excursión a las Bardenas, la película funcionó bien, aunque las condiciones de luz no fueran las más idóneas para el lucimiento de la película. Día de sol radiante, sin una nube, luz dura, muy plana. Con fuertes contrastes en determinadas ocasiones. Pero bueno, evidentemente es un buen material sensible. Aunque yo no me veo usándolo muy frecuentemente, dada la polivalencia de otras películas. Es más barata que la Portra 400, eso sí.

Como no acabé el carrete en la excursión a las Bardenas, la terminé en el patio del Museo de Zaragoza, donde hay algunas copias de conjuntos escultóricos muy conocidos, y me gusta el resultado que ofrecen. Como la mayor parte del material negativo, conviene exponer para las sombras, asegurando el detalle en las mismas.

El revelado de ambos carretes fue realizado Malvarrosa Film Lab, donde ofrecen un servicio de escaneado de la superficie integral del negativo hasta los bordes de los mismos, como se puede comprobar.

La Kodak Ektar 100 se comportó bien en el patio del Museo de Zaragoza, "retratando" las reproducciones de las esculturas clásicas que allí habitan.

La flor del azafrán, segundo año - reportaje con Kodak Portra 400

Os mostraba la semana pasada las macrofotografías realizadas en Monreal del Campo hace unos días en el ámbito de la recogida de la flor del azafrán. Es el segundo año en que asistimos a las jornadas que celebran la cultura de este cultivo en esta localidad turolense. Y en este segundo año separé funciones por cámaras. Si como vimos dediqué un equipo digital a la macrofotografía, para las fotografías de entorno y reportaje me llevé mi fiel Pentax MX con dos objetivos. Para uso general, el SMC-M 50/1,7 es un objetivo que tiene ya unos cuantos años, pero que es muy agradable de usar y ofrece muy buenos resultados. Quizá para reportaje tenga una focal un poco larga, pero a cambio su máxima apertura permite separar muy bien los sujetos principales del fondo de la fotografía.

Veamos como se desenvuelve en el paisaje que nos acogió a primera hora de la mañana.

El otro objetivo que me llevé con montura Pentax K es otro de mis favoritos. Se trata del SMC-A 100/4 Macro. Es el que el año pasado me sirvió principalmente para realizar las macrofotografías, aunque este año fuera desplazado a tal fin por el Pana-Leica 45 mm. Pero aún hice alguna fotografía de aproximación con este objetivo y la MX.

No obstante, aparte de llevar un respaldo por si fallaba el equipo micro cuatro-tercios, mi intención era usarlo eventualmente para retratos. Fundamentalmente retratos de situación, con las personas que participaban en la jornada estaban absortas en sus tareas, de forma que la longitud focal me permitiera una posición no intrusiva. Cierto es que el 50 mm, para este fin, permite obtener una mejor idea del ambiente que rodea a la persona.

Veamos a mis compañeros fotógrafos en acción.

Las fotografías que hemos visto hasta aquí representan la primera parte de la jornada. Cuando más nos dedicamos a la macrofotografía. La película que utilicé durante todo el día es la excelente Kodak Portra 400. Si bien es cierto que en las tomas de paisaje carece de la fortaleza y saturación de otras películas negativas en color, para el reportaje con personas es ideal por la fidelidad en la reproducción de los tonos de piel y por la suavidad de los tonos en general.

El siguiente paso del día, después de almorzar algo en el pueblo, fue acompañar a los participantes no fotógrafos de la jornada a la recolecta de la flor del azafrán en un campo cedido por un vecino del pueblo al ayuntamiento de Monreal del Campo para este fin. El final de esta actividad también fue el momento que aprovechamos para realizar algunas fotografías de grupo.

Tras la recogida de las flores, nos dirigimos al patio junto al Museo del Azafrán para realizar las labores de esbrinado, en la que se separan los estigmas del pistilo de la flor, de donde se obtiene el cotizado condimento culinario y pigmento natural.

Este año, en paralelo a esta actividad, se programaron una serie de actividades de carácter artesano o artístico. En especial, la estampa a partir de grabados en metal y, más relacionada con la actividad del día, la obtención de estampas a partir de los pigmentos de la propia flor. En esta última actividad participamos varias personas del grupo de fotógrafos que habíamos acudido.

En esta última fotografía aparezco yo. Lo que quiere decir que, aunque con mi cámara, fue realizada por otra persona. En concreto por la simpática Pili Rubio, siempre dispuesta a colaborar en que todos lo pasemos bien, al mismo tiempo que se toma realmente en serio lo de la fotografía.

Después de estas actividades artesanales, nos introdujimos en el Museo del Azafrán para visitar la exposición de fotografías del concurso realizado el año pasado. Antes de irnos a Calamocha a comer.

Una de las expectativas que llevábamos es que los árboles de hoja caduca del valle del Jiloca estuvieran ya con los colores dorados u ocres del otoño. Y con una luz suave, como la que dominó el día, poder obtener alguna imagen de paisaje otoñal que estuviera bien. Se intentó,... pero el otoño llega un poco retrasado. Y las hojas estaban todavía muy verdes. Pero se intentó.

El último objetivo del día, muy productivo como podéis ver, fue parar antes del ocaso y de vuelta a Zaragoza en los viñedos de Cariñena. También con la esperanza de que hubieran tomado los colores otoñales característicos de la época. Nuevamente nos encontramos con muchos viñedos mucho más verdes de lo que esperábamos para la época. Aún nos encontramos algún racimo en las vides.

En fin, con esto cerramos fotográficamente el viaje. Muy productivo, muy divertido, con muchas ganas de volver en años futuros.